—¡Este maldito animal! ¡Atreverse a matar a mi hijo, simplemente no tiene en cuenta a la federación del camino marcial!
Samuel, con el rostro sombrío, ordenó:
—¡Ve de inmediato a informar al Sr. Ricardo, que vengue la muerte de mi hijo!
—Sr. Samuel, el Sr. Ricardo está en retiro espiritual y ha ordenado que nadie lo moleste —Los diáconos se mostraron incómodos.
—¿Y qué si está en retiro? ¡Su propio sobrino ha sido asesinado, acaso va a permanecer indiferente? —Samuel estaba furioso.
—Esto... —los diáconos aún no se atrevían a informar.
—¡Inútiles! ¡No tienen ni un ápice de coraje, iré yo mismo!
Samuel empujó a los diáconos y salió furioso.
Justo al llegar a la puerta, un miembro de la federación del camino marcial corrió hacia dentro, y por la velocidad no pudo evitar chocar con Samuel, haciéndolo retroceder unos pasos y caer sentado al suelo.
—¡Maldición! ¿Acaso no tienes ojos? ¡Creerás que puedo matarte de un golpe! —Samuel descargaba su ira.
—Sr. Samuel, lo siento, no lo vi —El miem