¡La bofetada fue tan fuerte!
La boca de Delicia sangraba por el golpe, desdichada y miserable.
Tenía una mirada dura. Miró a Isabel, le dio un poco de miedo a la gente.
Isabel pronto volvió en sí.
—¿Cómo te atreves a mirarme así? ¡Mírate ahora! ¿Qué le has hecho a la familia Jimenez?
—...
—¿Cómo te atreves a pedir el divorcio? ¿Quién eres? ¡Qué mal educada! —Isabel temblaba de ira.
Con palabras mezquinas y miradas despectivas.
Antonia iba a cuidar a su madre:—Tranquila, mamá. Cuídate con la salud.
—¿Cuánto quieres? —Isabel gritó, sin cortesía.
Miró fijamente a Delicia con enojo.
Delicia:—...
«¿Cuánto?»
Finalmente sucedió. Isabel quería usar el dinero para deshacerse de ella.
Delicia la miró:—¿Cuánto dinero crees que puede compararse con los bienes gananciales?
—¿Qué? ¿Bienes gananciales? ¡Cómo te atreves! Después de casarte, ¿has salido a trabajar por un día?
—Soy su esposa legal, y tengo derecho conseguirlos.
—Tú... —Isabel, enojada, la regañó:—Sabía que eras una mala