Punto de vista de Serena
Di vueltas en la cama, atrapada entre sábanas que parecían, a la vez, sofocar y desabrigar. Mi cuerpo suplicaba descanso mientras mi mente se resistía al silencio.
Ese día había sido intenso. Las maquinaciones de Max y Elena contra mi trabajo, la inesperada ayuda de Calvin... todo giraba incesante en mi cabeza.
Exasperada, aparté las cobijas y abandoné la cama. Pensando que quizás alguna tarea rutinaria calmaría mi agitación mental, me senté en el escritorio y comencé a ordenar el papeleo de la tienda: inventarios, pedidos, correspondencia con proveedores.
Justo ese trabajo tedioso que habitualmente evitaba se convertía ahora en distracción perfecto.
Crear joyas solo alimentaría mi insomnio, condenándome a buscar una perfección inalcanzable. En su lugar, me sumergí en cifras y formularios, confiando en su monotonía para aquietar mis pensamientos.
La estrategia funcionó. Entre papeles y anotaciones, mis párpados comenzaron a pesarme. La tensión abandonó mis homb