Punto de vista de Serena
Apenas entré a la oficina cuando Stevie me vio al otro lado del lugar. Sus ojos se iluminaron y casi corrió hacia mí, dándome un abrazo tan fuerte que parecía querer quitarme toda la preocupación acumulada.
—¡Serena! —dijo al separarse, mirándome como para asegurarse de que estaba bien—. ¿Dónde estabas? Me tenías muy preocupada.
Intenté reírme, tratando de que no fuera gran cosa.
—Estoy bien, Stevie. Solo... me enfermé un poco. Necesitaba unos días para descansar.
Le sonreí, esperando calmarla, pero ella no parecía del todo convencida.
—¿Enferma? —cruzó los brazos, sin dejarlo pasar—. ¿Segura? Porque te ves como si hubieras tenido unos días muy duros.
—Te lo juro —dije, tratando de sonar normal—. Solo necesitaba descansar.
No quería hablar de la verdadera razón, y por suerte, después de un momento, ella dejó el tema.
—Está bien —dijo finalmente—. Pero si vuelves a desaparecer así, iré a tu casa con sopa, revistas y todas mis películas. Así que no lo hagas.
—En