Stevie sacó la cámara de su bolso y tomó una foto del collar de cuarzo rosa, luego sugirió: "Solo necesitas vender estos en tu tienda y promocionarlos en las redes sociales".
Fruncí el ceño, sintiéndome abrumada. "Pero no soy buena con la tecnología, Stevie. Me va a costar mucho, y no tengo idea de qué publicar".
Stevie me tranquilizó, poniendo una mano en mi hombro. "No te preocupes, Serena. Te ayudaré con el marketing. En cuanto al contenido, ¿por qué no muestras cómo los haces? A la gente le encanta ver ese tipo de videos en línea, como esos videos de slime".
Su idea me dio esperanza. "¡Qué buena idea, Stevie!"
Stevie se quedó callada, con una expresión pensativa. "Oye, ¿el otro día no fuiste a ver locales en Melrose con tu amigo?"
"Sí, pero la verdad es que no me alcanza para alquilar en Melrose en este momento", respondí, con evidente decepción. "Qué pena, habíamos encontrado un local súper bueno ahí".
"Ya veo", dijo Stevie. "Oye, a lo mejor en un par de años consigues un local en