Se sentía perdida sin un trabajo estable, en lo que más le gustaba hacer, con más dudas sobre Steven, no entendía porque quería estar con ella, cuando era evidente que tenía a otra.
—¿Ahora que voy hacer? — se dejó caer en el sofá más largo— no quiero quedarme en casa, yo necesito salir a atender a mis pacientes, tengo meses que no voy al orfanato, ni al asilo.
—Pues vamos— se sentó a un lado de ella— te acompaño a donde quieras, y mañana mismo comienzas a buscar trabajo, no creo que tengan comprados a todos los hospitales de la ciudad.
—No lo dudes, los Westen son muy conocidos y tienen muchas influencias— se apoyó en el pecho de él, sabía que la querían tener contra la pared, para así poder quitarle a su hijo de sus brazos— todo porque me quiere llevar a la desesperación de no poder tener que ofrecerle a mi hijo.
—No te preocupes por eso, te lo vuelvo a repetir, yo no voy a permitir que te lo quiten…
—Ellos son su familia, para un hombre sería mejor que el hijo de otro no esté en me