CAPÍTULO 37

—¿No crees que deberíamos despertarla ya? —preguntó Maximina cuando dieron las nueve de la noche, luego de que todos terminaran de cenar—. Es mucho lo que ha dormido, ¿no?

—Creo que es más lo que no ha dormido —señaló Maximiliano, parado junto a su madre en esa habitación donde, de vez en cuando, se escuchaba el suave respirar de la joven; el resto del tiempo esa habitación era puro silencio—. Dejemos que por lo menos se completen ocho horas, la despertaré entonces y la obligaré a cenar algo. ¿Te parece?

Y, aunque de su gusto la despertaría justo en ese momento, Maximina asintió, terminando por acceder e irse a su habitación luego de tomar a su nieta de la cama donde había ido a dar cuando le entregó la mamila para dormir, quedándose dormida en la cama de esa chica que adoraba, a pesar de lo apegada que estaba ahora con su tía Olga.

**

—¿Al fin te cansaste de dormir? —preguntó Maximiliano, encontrándose con su falsa novia en el pasillo, pues, justo antes de que él se pusiera de pie y
Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App