Capítulo diecinueve: My Immortal
Mark ríe junto a mis padres y la escena me causa una sensación extraña. Tengo la certeza de que él es yerno que ellos hubiesen deseado.— ¿Todo bien, cariño? —murmura Johana a mi lado. En respuesta, le doy un leve asentimiento—. ¿Qué sucede entre Clint y tú?— ¿Qué…? —la observo con los ojos abiertos de par en par.— No soy tonta —alude entre susurros para que nadie más escuche nuestra conversación—, y ciega tampoco. Soy actriz y sé reconocer a otra a leguas de distancia. No me he comprado eso de <<aumentar nuestras posiblidades>>. Otra vez me he equivocado, y esta vez el error ha sido garrafal.— Las cosas han cambiado, Joe —es todo cuanto puedo decirle—. Por favor, no me preguntes más. Ella hace un gesto como si entendiera; pero sé que no puede ser así. De otra forma, hubiese vuelto a repetirse la escena de hace unas semanas y la señora Bratter estuviese inconsciente estos momentos.— De acuer