Capítulo 126
Helena
Julieta y yo, estuvimos un poco más de tiempo en el cementerio y después nos retiramos, nos subimos al carro y nos fuimos a un lugar en el que podíamos hablar tranquilamente, era una playa virgen a la que iba poca gente.
Pasamos primero a la casa por las cosas y después, llegamos a la playa y allá nos instalamos, quería y precisaba un ambiente de total relajación para la plática con mi hija, no quería que nada la perturbara y que ella estuviera bien tranquila para escucharme.
–Tengo más cosas que platicar contigo, hija, por favor te pido que me escuches con atención.
Julieta, iba a escuchar todo lo que le iba a decir, por eso estábamos en este lugar donde la paz reinaba y nada nos iba a perturbar, y había cosas que iban a ser difíciles de digerir.
–Sí, te escucharé.
Me concentré en lo que iba a decirle a mi hija a continuación, no iba a ser nada fácil, pero ya había empezado a abrirle los ojos a la verdad de su vida y ahora nada me iba a detener. Ella tenía ya la e