Por un lado estaba feliz, le encantaba despertar y que su madre le preparara el desayuno la consintiera se sentía como la niña que nunca pudo ser gracias a los decidíos de la vida pero por otro lado estaba Esteban era su novia y digamos que vivía con él y también tenía que pensar en eso, el había apoyado en sus peores momentos no podía dejarlo así nomas de esa manera además sabia lo encantado con que estaba el que vivieran juntos aunque no durmieran en la misma habitación
— Mamá ¿Me das unos días para pensar bien en eso?
— Está bien hija, tal vez no tengo derecho a intervenir en tu vida pero sería muy importante tenerte cerca y no sé y ayudarte al principio
— Pero déjame pensarlo, ¿ sabe