—tú...—susurra Selene
—tenemos que hablar— le susurra al oído y Selene siente una corriente eléctrica recorrer su cuerpo
—no, no, vete por favor— ella abre sus ojos lentamente, tener a Parrow así tan cerca es muy difícil
—no pienso irme. Estoy aquí y es mi oportunidad de hablar
—¡Es absurdo Parrow! No quiero escuchar tus mentiras— ella se hace a un lado, y se maldijo mentalmente por ser débil ante ese hombre
Pero Massimo no se rinde, él se acerca a ella y la agarra de la cintura para luego darle la media vuelta y quedar frente a frente.
Sus pechos quedan unidos, el corazón de ambos late con fuerza y qué decir de la respiración, se tornó pesada y es como si solo los dos existieran en ese momento.
Claramente Massimo escuchó la conversación de Selene y Jorge. Eso fue lo que le dió más ánimos de acercarse a ella y comprender que ella le pertenece porque está en su corazón, que es suya.
—no son mentiras, mírame a los ojos por favor— su tono de voz es varonil, ronquita, pero suave, de e