Capítulo 341
La ama de llaves le pasó a Pamela una cajita.
—Saqué esto de debajo de la cama mientras limpiaba la habitación del señor González y la señora Hada. Parece ser una caja de medicinas.
Aunque la ama de llaves no podía entender las palabras en la caja, podía oler el leve aroma a medicina que emanaba de ella.
Pamela tomó la caja rápidamente. En cuanto la vio, se le iluminó la cara.
—¡Oh, esto es ácido fólico!
—¿Qué clase de medicina es esa, señora González? —preguntó curiosamente la ama de llaves.
—Es algo que toman las mujeres embarazadas. Con razón parecía tan tímida cuando hablé con ella. ¡Resulta que está embarazada! —exclamó Pamela, tan emocionada que tartamudeó.
Al mismo tiempo, también estaba frustrada.
—¿Por qué no me dijeron de su embarazo? Si la empleada no se hubiera enterado mientras limpiaba, ¿quién sabe cuánto tiempo más me lo iban a seguir ocultando esos dos?
Pamela inmediatamente tomó su teléfono y llamó a Edwin.
Edwin contestó el teléfono