83. Monje
POV Júpiter
Aún me faltan semanas para cumplir con esa absurda cuarentena de abstinencia.
No entiendo quién inventó semejante tortura. Mi cuerpo clama por caricias, por vibrar, por sentir...
Darme autoplacer sabiendo que tengo un hombre tan imponente y deseado a mi lado es un castigo.
Pero Lennon duerme como un monje, tapado de pies a cabeza, aliado con París. Temen que los castre, y no me dejan ni acariciar su piel.
Estoy decidida a romper este celibato.
—A mí no me vengan con esos cuentos de cuarentenas de abstinencia, cuando el cuerpo necesita lo que pide —gruño.
Hoy le pedí a la abuela que me hiciera un arroz con mariscos y lo acompañara con una ensalada de aguacate, y como bebida, una aguapanela. Son unos potentes afrodisíacos naturales.
Rompí cada una de las espantosas pijamas de monje que tiene Ojitos Lindos, pero sabiendo que buscará algo más que ponerse, voy a quemar toda su ropa.
Paso por la cocina y, efectivamente, la abuela está preparando mi pedido. Sonrío satisfecha.