POV ANNIE

Han pasado ocho años extraordinarios, llenos de amor y desafíos que hemos superado como la gran familia que somos.

Hace cuatro años, mi Lobito y yo recibimos una nueva bendición: nuestro pequeño Apolo. Físicamente es la copia en miniatura de su padre, pero su espíritu es tranquilo y sereno, mucho más parecido al mío. Es un niño especial, tan dulce como curioso.

En cambio, Nay es una mezcla de los dos. Aunque comparte rasgos de ambos en su físico, su esencia es inconfundible: lleva a Arón en el alma.

Su porte al cabalgar, la intensidad en su mirada, el tono firme de su voz cuando se enfada... son tan iguales en cada gesto.

Ella no es solo su hija, es su cómplice, quien lo hace sonreír a diario con cada travesura que hace.

Nay no es una niña común; es un híbrido único. A su corta edad, ya desplegó sus majestuosas alas de ángel, que maneja con sorprendente gracia y control.

Además, su loba, Maní, ha emergido, luciendo un brillante pelaje blanco que refleja la pureza y poder