80. ¡Ah vienen…!
El palacio se viste de rojo, el color favorito de Annie. Rosas rojas decoran los pasillos, centros de mesa y cada rincón del lugar. Todo está diseñado con un lujo discreto, elegante, pero deslumbrante.
El vestido de Annie es rojo satinado con un escote en V, ajustado al cuerpo, decorado a mano con finos detalles y terminado en una capa de tul que la hace lucir como una verdadera diosa. Es un regalo especial de la madre de Arón, enviado desde el Olimpo.
El Alfa, vestido con un traje blanco hecho a la medida, se ve más imponente y atractivo que nunca.
En el jardín, las mesas están preparadas para recibir a los invitados.
—¿Lista, mi Luna, para brillar como siempre? —pregunta el Alfa, su mirada penetrante, pero llena de calidez.
Ella guarda silencio, pero sus ojos delatan una pequeña tristeza que trata de ocultar con una sonrisa.
—Mi Potra, sé por qué tienes esos ojitos tristes... es por tus padres, ¿verdad? —murmura, acariciando con ternura su mejilla.
Ella asiente.
—Te prometo que, tan