11. ¡Ustedes cállense… pueden ser mi cena!
En Otro Lugar
Arón ha estado inquieto. No logra concentrarse en nada.
La llegada de su medio hermano junto a su Luna lo tiene tenso.
El trono no es lo valioso, nunca se han llevado bien, pero espera que el haber encontrado a su Luna lo haga cambiar, que deje de ser tan egoísta y piense un poco más en su pueblo.
El aire trae consigo el fuerte olor a cereza y durazno, una mezcla extraña, pero inconfundible: es su compañera.
Ruge Thor en la cabeza del Alfa. Un alarido lleno de angustia.
—Alfa, nuestra Luna está cerca y su vida está en peligro… siente su dolor… su sufrimiento. Ella nos necesita.
Arón, sin transformarse, corre a gran velocidad en la dirección de su olor. Debe llegar y salvarla. Su cuerpo se llena de escalofríos al pensar que la perderá. Siente su agonía y su llamado.
A pocos kilómetros de la ubicación, se desata una tormenta como si el cielo y el infierno se unieran.
La tierra comienza a estremecerse y el firmamento se ilumina, centelleando luces acompañadas por terrorífic