Capitulo 39.

Comimos bajo un silencio agradable, y al terminar, no espero que ninguno de sus empleados fuera a retirar las bandejas, quiso llevarlas el mismo.

No pasaron ni cinco minutos y mi estomago me estaba obligando a devolver todo que acababa de ingerir, por lo que tuve que correr enseguida al baño.

Me sentí un poco más aliviada después de dejar salir todo lo que había comido. Me enjuague la boca, humedecí mi cara en el lavamanos y al salir del baño recogí mi cabello para volver a meterme a la cama.

Ya el malestar se había tornado más que molesto, incluso me estaba generando como pequeños lapsos depresivos. Me hice una bolita humana, abrazando mis piernas y me cubrí completa con la sabana.

-¿Stella?-Me llamo el italiano al regresar.

-Aqui estoy.

-¿Por qué estás así?, ¿Te sientes mal otra vez?

-No, solo no me quiero mover. Me voy a quedar así para siempre.

-Muy bien-Entro a la cama conmigo y me abrazo por la espalda-Nos quedaremos así entonces.

Sostuve sus manos que estaban enrolladas en torn
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