PRINCESA... DE DÍA. CAPÍTULO 29. Familia
Dandara lo vio ponerse pálido en un segundo, sujetándose el torso como si de repente la herida doliera demasiado o no pudiera respirar. Sin embargo, al primer movimiento que hizo para alcanzar las llaves de su auto, la muchacha se las quitó de las manos.
—Cam