—¿Estás bien, amore mio? ¿Qué pasa? —la interrogó.
—¡Este maldito celular que no está funcionando bien! —dijo echándolo a un lado—. Apenas lo enciendo y ya se está calentando mucho. ¿Qué se supone que haga?
—Dile que te duele la cabeza —respondió Nino y ella lo golpeó el hombro.
—¡Idiota!
—¡Pero