—¿Dónde está mi hijo?
—Danna se lo llevó —respondió Milo.
—¿Se lo llevó...? ¿Cómo que...? ¿Se fue? —lo interrogó con incredulidad.
—Dijo que estabas ocupado con alguien y que se iba con Lissa —contestó su hermano—. Solo te aviso, parecía bastante molesta.
—Sí, bueno, ¡pues ya somos dos! —gruñó L