Después de diez segundos solo sonrió.
—Miki... —saludó—. Lo mismo digo... Sí, un día de estos... Oye te llamo porque estoy teniendo problemas con dos miembros del personal de una de tus tiendas... la de Plaza Stavros... Sí, la gerente y una empleada, Kirha... —leyendo su gafete se acercó a la emple