Zack sonrió con desesperación.
—¡Por supuesto que la extraño, Ben...!
—¡Pues encuentra a tu jugador y regresa a casa antes de que te la encuentres vacía, Zack, no tientes a tu suerte! —le advirtió.
Zack respiró hondo y miró al cielo, plagado de estrellas en ese momento.
—Tienes razón, en cuanto