—Sí, en mamelucos, pero en la ropita de varón —respondió la empleada.
—¡No me importa! ¡Ella es una bebé dura! ¿No es verdad mi amor? ¡Tú vas a usar un mameluquito de Snowboard! —exclamó haciéndole una mueca y Adriana se desternilló de la risa.
Andrea se apoyó en una de las perchas viendo aquello.