Enrique
-Un día antes de la boda -
La sonrisa de Izel es brillante, amplia, sincera. Ella corre hacia mí y se lanza hacia mis brazos para darme un abrazo tan fuerte que me regresa el alma al cuerpo. Acaricio su cabello largo y negro, ese aroma tan rico que ahora trae entre sus ropas y siento su calor lleno de amor.
⎯¡Te extrañé tanto! ⎯ me confiesa, para después soltarse a llorar⎯ te extrañé tanto como no tienes idea.
⎯Yo te extraño más…⎯ respondo y, acomodando sus dedos debajo de su mentón, hago que se levante su rostro para que me vea a los ojos ⎯ Izel, no tenemos mucho tiempo⎯ le comento.
⎯¿Cuánto? ⎯ pregunta.
⎯Una noche, solo esta noche…⎯ le comento.
Izel se pone de puntillas y me da un beso sobre los labios. De inmediato mi cuerpo reacciona y mi corazón comienza a latir como loco. Ella se separa de mis labios y me dice ⎯ entonces, esta noche eres mío y de no existe el mundo ni nadie más.
⎯Siempre seré tuyo, esta y todas las noches de mi vida ⎯ la aclaro.
Entonces, sin qu