María Constanza
Me removí entre los brazos de Santos, tenía molestia menstrual, no demorará en llegarme el periodo y con ello el fin de mi acuerdo con el hombre que me tenía en sus brazos o el inicio de una relación formal y duradera. —fueron tres meses de ensueño, por momentos pensaba que no había trato entre nosotros, ha sido una relación preciosa.
Hoy decidimos quedarnos en casa una vez más, sin salir a ninguna parte. De hecho, tenemos tres semanas pasando los fines de semana en casa, él trabajando en las empresas de Colombia, y yo encargándome de la casa, parecemos una pareja de esposos. Y no lo iba a negar que eso me tenía encantada.
No había un lugar del apartamento que no tuviera el recuerdo de nuestros cuerpos sudorosos y jadeantes. Me encantaba verlo con sus lentes para el computador y sentado frente a su portátil, vestido con ropa deportiva mientras analizaba los balances de las empresas de marroquinería, las acciones que tenía, como las ganancias de la finca que tenía.
Mien