Al terminar las felicitaciones, siguió la transmisión en vivo de la verdadera boda de Regina y Daniel.
En ese momento, estaban celebrando una boda tradicional en un sitio histórico de Ciudad Primavera.
Los edificios ornamentados estaban decorados, la música sonaba, y la alegría festiva contagiaba a todos los presentes.
Bajo la mirada de todos, Daniel vestía el traje tradicional de novio y montaba un alto caballo, seguido por el carruaje nupcial.
Con las campanas de la iglesia, la procesión nupcial esparcía adornos de oro y dulces festivos.
La multitud ordenadamente recogía los dulces mientras expresaba sus bendiciones.
Simultáneamente, los invitados en la mansión recibían adornos de oro puro y diversos dulces.
La extravagancia de esta boda dejaba a todos boquiabiertos.
Armando y Diego vieron en la pantalla como Daniel se detenía en la entrada.
Con un movimiento fluido, bajó del caballo y levantó a Regina del carruaje, caminando hacia dentro con pasos firmes y decididos.
Armando se mord