Del lado de la cancha, cuando Dominic se marchó, Jasper se apartó por iniciativa propia, dejando a Alessia y a Hannah solas.
La mirada de Alessia volvió de la distancia y se posó en Hannah. Su tono fue frío:—¿Señorita Hannah Das? Tenemos que hablar.
—¡Pfft!
Alessia no esperaba que la mujer que, hacía un momento, charlaba y reía con Dominic con la imponente aura de una ejecutiva astuta y fuerte, de repente se cubriera la boca para soltar una risa.
La mujer la miró con afecto.
—Sia, no pensé que tu carácter siguiera siendo tan frío como antes. Antes estabas dispuesta a llamarme hermana Hannah, y ahora simplemente me dices señorita Hannah Das. ¿Quieres que yo te llame presidenta La Rosa?
¿Presidenta La Rosa?
Alessia entrecerró los ojos. No alcanzó a descifrar del todo el sentido de esas palabras, pero vio que la sonrisa de Hannah se desvanecía y su mirada se volvía seria.
—Sia, ¿dónde has estado todos estos años? Sé que con tu inteligencia no te meterías en problemas fácilmente, pero aun