En la oficina, Damián le sirvió café a Ximena.
—Disculpe, directora Pérez, esta mañana estuve muy ocupado— se disculpó.
Ximena respondió con una sonrisa:
—No te preocupes, aproveché para pasear por Ciudad Soune mientras estabas ocupado.
Damián lamentó:
—Lo siento, esta vez no tuve tiempo de mostrarte los lugares de Ciudad Soune. La próxima vez te llevaré a dar un buen recorrido.
Ximena dijo:
—Señor Pereyra, eres muy amable.
Damián preguntó:
—¿La directora Pérez trajo el contrato? ¿Puedes dármelo para revisarlo?
Ximena asintió con la cabeza y sacó el contrato de su bolso para dárselo a Damián.
Después de revisarlo, Damián frunció el ceño:
—¿Solo doscientos? Según tengo entendido, los materiales de ropa en la fábrica no son baratos.
Ximena asintió:
—Es cierto, pero quiero tener una colaboración a largo plazo con el señor Pereyra, así que podemos no ganar mucho en beneficios.
Damián le sugirió:
—Cambia eso. De verdad están saliendo perdiendo, ya que estoy ocupando su tiempo de prod