Leo asintió mientras Liliana sacaba un talismán y se lo entregaba a Luciana.
—Luciana, lleva este talismán contigo. Tengo que salir un momento.
Luciana intuyó algo en las palabras de Liliana.
—Está bien, ve rápido.
Liliana y Leo salieron juntos de la habitación. Mientras bajaban las escaleras, Liliana llamó a Mateo por teléfono. Pasó un buen rato antes de que Mateo contestara.
—Hola, Liliana.
Al escuchar su voz tranquila, Liliana suspiró aliviada.
—Mateo, ¿ya regresaron tú y Fabián?
—Sí, acabamos de llegar al edificio —respondió Mateo.
—¿Recién llegaron? —Liliana miró la hora en su teléfono—. ¡Ya son las cinco y media! ¿Cómo es que apenas están llegando?
—No es mi culpa, nos retrasamos en el hospital hasta ahora.
—Suban rápido. No cuelgues y no pierdas de vista a Fabián, ¿entendido?
—Sí, entendido.
Mateo guardó el teléfono en su bolsillo y empujó a Fabián hacia el ascensor. Sin embargo, al cerrarse las puertas, la señal se cortó.
Liliana, al ver que la llamada se había cortado abruptam