—Nos vemos en tres días—dijo Zacarías.
Después de colgar, Ximena se sentó pensativa en el sofá, sumida en el silencio.
Alejandro, notando su preocupación, preguntó con cierta compasión:
—¿Qué te dijo Zacarías que te dejó tan afectada?
Ximena le repitió a Alejandro lo que Zacarías había dicho.
Después de escuchar, Alejandro bajó la mirada. No sabía mucho sobre estos temas, así que no supo cómo consolar a Ximena.
A la mañana siguiente.
Alejandro se levantó temprano y salió de la villa.
Al despertar, había recibido un mensaje de madrugada de Manuel, diciendo que llegaría a Reinovilla en el vuelo de las 7 am y que se encontrarían a las 9:30 en el Gourmet Royale.
Cuando Alejandro llegó al Gourmet Royale, Manuel acababa de llegar también.
Se encontraron en el estacionamiento. Manuel llevaba una canasta con ofrendas.
Alejandro frunció ligeramente el ceño y miró a Manuel.
—Parece que conocías muy bien a mi madre.
Manuel sonrió sin responder directamente.
—Entremos a desayunar primero.
Aleja