—¡Sí!—dijo Paula. —Contacten a alguien rápido para que saquen a Damián y a mí de aquí.
Leo preguntó confundido:
—Prima, ¿no puedes salir tú sola?
Paula suspiró.
—No me atrevo a salir, temo que la gente de Samuel vuelva. Estoy escondida en una caja de cartón.
Nicolás y Leo se quedaron en silencio.
Al ver que no respondían, Paula agregó:
—Ah, casi olvido decirles dónde estamos exactamente. Es en la planta baja, el penúltimo cuarto.
Nicolás:
—Bien, entendido.
Después de colgar, Nicolás le envió un mensaje a Alejandro con esta información.
Alejandro, al recibirlo, informó a Dolores para que contactara a la policía para rescatar a Damián.
Paula esperó un rato más en la caja y, al no oír nada, salió cautelosamente.
Se acercó sigilosamente a Damián, quien estaba golpeado por todo el cuerpo.
—¿Señor Pereyra?— llamó Paula, pero Damián no respondió.
Paula se agachó y le dio unas palmadas en la pierna.
—¿Señor Pereyra? ¡Despierte!
El sonido llegó confusamente a los oídos de Damián. Frunció e