El golpe del agua fría directa a su cara hizo despertar de golpe al hombre atado en la silla. El pánico lo llenó apenas abrió los ojos, no necesitó mucho tiempo para entender en dónde estaba; lo único que necesitaba saber era quién lo había delatado.
— Veo que ya estás despierto, Bohdan.— Habló Lianna desde el final de la sala.— Lianna, creo que estás confundida— trató de soltar las amarras que lo retenían — Liberame para que podamos aclarar esta situación.— ¿Y qué, según tu, hay que aclarar?— No sé lo que te habrán dicho — intentó explicarse — pero puedo explicarme.La única respuesta que recibió fue la risa de todos los presentes en la sala; su nerviosismo fue creciendo al darse cuenta de que era muy probable que no saldría de allí con vida.— ¿Hace cuánto que te aliaste con los del sur, Bohdan?— ¿Qué?— trató de parecer confundido.— Tendré que ponerte al día, parece.Le hizo una seña a uno de sus