Capítulo 4. Llamadas Misteriosas.

Stephanie Miller.

Dos semanas después…

Volví a mi hogar, luego de tener un turno largo y agotador en el hospital. Fue un día muy duro, en el cual ni siquiera tuve tiempo para almorzar.

Mi último paciente murió durante la operación, debido a un paro cardiorrespiratorio. Para el tiempo en que Amelia llegó a la sala de operaciones, era demasiado tarde.

Por lo tanto, de verdad que necesito un baño tibio en la bañera, una copa de vino y a dormir por el resto de la noche.

Cuando entro al departamento, me esperan las luces apagadas y muchas velas iluminan el lugar. De pie, junto al pasillo, Matt me espera con un gran ramo de rosas blancas, mis favoritas.

“¿Qué es esto amor? ¿Tú lo preparaste?”

“Pues, sí, aunque debo reconocer que recibí un poco de ayuda. Recuérdame decirle gracias a Emily.”

“¡Ah! Por eso no estuvo en el hospital a eso de las tres.”

Matt me sonríe felizmente, mientras se acerca a mí. Me toma de la cintura mientras me dice con su ronca y seductora voz “Felices veinte años de conocernos querida.”

Mi sonrisa se congela al darme cuenta de que acabo de cagarla. Olvidé por completo que hoy se cumplen veinte años, desde aquella vez en el parque.

Solo manejo decir muy torpemente “G – gracias, amor. I- igual para ti.”

Matt me mira divertido, levanta una ceja diciendo “¡Lo olvidaste!”

“¿Qué? ¡No! ¡Cómo crees!”

“A-ja… Es algo bueno que te conozca como la palma de mi mano. Sabía que lo olvidarías.”

Mi cara se sonroja con máximas proporciones, mientras él se ríe más divertido al mirarme.

“Y es algo excelente que, a pesar de estar juntos veinte años, sigas sin poder mentirme.”

Me cubro el rostro con ambas manos, intentando ocultar mi vergüenza, mientras me rio nerviosamente.

“Me atrapaste. Lo olvidé. Perdóname, mi amor, pero es que estuve muy ocupada en el hospital y en la última operación del día, perdí a mi paciente.”

Le hago una mueca de pena, mientras coloco mis ojos de cachorro.

“Tienes suerte de que esté completamente enamorado de ti. Sabes bien que a ti te perdono todo y más.”

Me lo dice estrechándome con sus fuertes brazos. Yo coloco los míos alrededor de su cuello, mientras acaricio su cabello.

Observo atentamente su bello rostro y sus increíbles ojos azules. Suspiro a la realización de cuanto amo a este hombre. Matt me mira y dice “¿Y ese suspiro? ¿Es para mí?”

“Pues sí. Al igual que tú, también estoy enamorada de ti. Y te sigo amando con la misma intensidad de hace veinte años.”

“Pues, qué suerte la mía entonces.”

“¡Sí! ¡Qué suertudo eres!”

Matt me mira como si fuera la persona más importante de su vida. Admiración y devoción se lee en su rostro. Yo le sonrío mientras lo beso tiernamente.

Matt me aprieta más contra él, buscando intensificar el beso. Siento como su lengua pide acceso a lo que yo consiento.

Siento como sus manos, que están en mi cintura, comienzan a subir y bajar por mi espalda, enviando múltiples escalofríos por mi espina.

Estamos disfrutando de la compañía del uno con el otro, cuando su teléfono suena.

Ring ring ring

Yo me separo diciéndole, “debes contestar, quizás es importante.”

Matt me dice, “no le hagas caso, seguramente se detendrá”.

Mientras sigue besándome. El celular no se detiene y sigue sonando intensamente.

“Matt, contesta.”

“¡Demonios!, está bien. Pero ni creas que he terminado contigo. Esta noche está recién comenzando.”

Yo le sonrío a su comentario y asiento a sus palabras, mientras me siento en el sofá. Matt me toma de la mano, mientras contesta “¿Aló?”

“¿Señor Anderson?”

“Sí, él habla. ¿Quién es?”

“Mi nombre no importa. Lo relevante de este llamado es para decirle que su futura esposa, le está mintiendo.”

Matt tensa su agarre en mi mano y me mira preocupado.

“¿Oh?, ¿y en qué se supone que me miente?”

“En su fidelidad. Ella, le ha sido infiel conmigo. Es una mujer desvergonzada, aparentando algo que no es. ¡No debería desposar a semejante mujer! Ella no se merece estar con alguien como usted.”

Matt me vuelve a observar mientras dice calmada y fríamente “Hum… y supongo que, ¿tienes pruebas de estas acusaciones? Digo, como estás denunciándola tan convencido.”

“¿Acaso mi palabra no es evidencia suficiente?”

Matt sonríe sarcásticamente a lo que responde “Hum… No. Ahora, me vas a escuchar atentamente.”

Su tono se vuelve de sarcástico a uno frío, amenazador y francamente da miedo. “Seas quien seas, te voy a encontrar. Y cuando lo haga, créeme que te arrepentirás de haber nacido. Nadie habla así de mi mujer. ¡Nadie! Ni queda impune. Los malos actos deben ser castigados, al igual que las calumnias, y créeme cuando te digo, hombrecito. ¡Te haré pagar!”

Luego la llamada se corta de forma inmediata.

“¿Qué ha pasado? Me estás asustando”, le digo.

“Espera aquí”, me dice. Observo que llama a Liam.

Liam Stevens es un hacker. Usualmente, es muy difícil poder ubicarlo, pero Matt es un buen amigo de él, luego de que ayudara a su madre a recuperar sus inversiones, luego de ser estafada.

“¡Hola, viejo! ¿A qué se debe el honor de tu llamada?”

“Necesito que rastrees la última llamada recibida en mi celular.”

“Está bien, puedo preguntar ¿por qué?”

“Si puedes. Es un maldito infeliz inventando que Steph me fue infiel con él. Quiero saber quién es para ¡reventarle la cara!”

“¡Diablos! Recuérdeme de nunca hacerte enojar, Matt.”

Yo lo miro boquiabierta. Así que por eso su humor cambió tan drásticamente. ¿Será buena idea mencionarle que a mí también me llamaron hace dos semanas, antes de nuestra gran pelea? Creo que sí. Bueno, mejor le digo ahora.

“Amor, hay algo que debo decirte.”

“Espera, querida”, me replica.

“Matt, tiene que ver con esto”, le digo.

“¿A qué te refieres?” Me pregunta con el ceño fruncido.

“A que a mí también me llamaron hace dos semanas. Me dijeron que tú eras un mentiroso y que me habías sido infiel con ella.”

“¿Ella? ¿Quién es ella?” Veo como Matt luce notoriamente confundido.

“Eso no lo sé. Solo sé que era una voz de mujer quien habló conmigo. Luego, cortó.”

Matt me mira pensativo, mientras replica “Hum… Está bien, querida. Le diré a Liam que rastree la llamada también.”

Luego, Matt coloca el altavoz de su celular.

"¿Aló viejo? ¿Sigues ahí?" —pregunta Liam.

“Sí, sigo aquí.”

“Bien, de acuerdo con los registros, la llamada se hizo desde el hotel Capriccio, habitación 3E. Está a nombre de un tal John Doe.”

“¡Eso es de mucha ayuda!” Le dice Matt sarcásticamente.

“Bien, déjame revisar los registros de la tarjeta de crédito que se usó.”

Escuchamos como teclea desde su computador y luego añade: “¡Ja! ¡Te encontré mal nacido!”

“¿Qué encontraste?” —pregunta Matt.

“¡Rayos! Matt, no estarás contento.”

Matt tensa el agarre del celular, mientras veo como su mandíbula también se tensa y comienza a respirar pesadamente.

“¡Quién es!”

“La tarjeta de crédito pertenece a Stella Miller, quien creo que es la…”

Matt lo interrumpe diciendo, “La media hermana de Steph.”

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