Jacob
— Miranda — necesito que despierte, llevo casi dos horas esperando a que se levante, pero ella sigue durmiendo y estoy empezando a perder la paciencia — ¡Miranda! — hablo un poco más fuerte.
— Uhhhh — responde y veo como se cubre con el edredón.
— Miranda, necesito hablar contigo — la sacudo suavemente — Urgente.
— Eres imposible — me responde y se gira en la cama de frente y abre los ojos — tengo sueño — levanta el edredón y yo se lo quito.
— ¡No! — me acerco a ella — despierta, necesito que me cuentes algo. Es importante.
— ¡Dios! — susurra y se sienta, lleva sus manos a su cara y bosteza, se ve muy chistosa — dime.
— Cuéntame todas las cosas extrañas que sepas sobre tu padre — le digo y me siento a su lado.
— No sé nada — responde rápidamente — déjame dormir — intenta coger el edredón.
— ¡No! — lo retiro — claro que sabes algo, los hijos siempre sabemos cosas — yo tengo mucha información sobre mi padre, por ejemplo.
— ¡Jacob! — habla con los dientes apretados — déjam