37- Verdades que duelen

Hillary se veía muy animada y su entusiasmo era contagioso,al principio pensé que su alegría era producto de su amistad con ese compañero de clases que había llevado a nuestro hogar.

—Mucho gusto,señora. Soy Junior.

¡Bienvenido!, los dejo a solas para que hablen .

Al verlos de lejos recordé mi historia con Mark y no pude evitar pensar—¡No!,mi hija no va a repetir la misma película,de mi cuenta corre que no sea de ese modo.

-Hola,mi amor me duele la espalda - .Mi esposo me dio un beso y preguntó- ¿Dónde está la niña?

—En el jardín hablando con un amigo.

La expresión de su rostro cambió,David era un excelente padre y estaba celoso de que se acercaran a ella.

—¿Es amigo o pretendiente?, iré a ver con mis propios ojos y de paso le voy a leer la cartilla al enamorado.—Masculló David algo

-¡No irás a ningún lado! .-Lo detuve con suavidad-¡vamos arriba!,vemos una película y te doy un masaje.

–¡Pues sí!,es mejor.

Luego de que el chico se fue, mi hija se veía con un brillo especial en
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