—No hay un pronto Esperanza, ya demasiado he sido tolerante contigo, pero ahorita se acabó mi paciencia —le advertí que se me había acabado la paciencia y ahora que se atenga a las consecuencias, con mis manos la tomó y la jalo del pelo, de que ella me dirá qué es lo que está pasando me lo tendrá que decir y no importa lo duro que sea, pero de que se lo saco a punta de golpes se lo saco, en mi puta vida jamás he sido agresiva, pero ella está acabando con mi cordura y mi paciencia.
—Suéltame perra, Samantha estoy embarazada, me estás lastimando.
—Me dices que es lo que está pasando y te dejo en paz, pero no me pidas que te deje así por así, te recuerdo que tú comenzaste a provocarme.