Penelope quiso preguntarle algo más, pero Sharon ya había tirado de Sebastian a su lado. “Penelope, ¿deberíamos dirigirnos a la comisaría para que te denuncie por ordenar a la gente que me acose y fotografíe sin mi conocimiento?”, preguntó Sharon con una expresión fría en su rostro, pero no se esperaba que Penelope negara sus acusaciones.
Penelope se rio fríamente y dijo: “¿Quieres denunciar esto a la policía? Haz lo que quieras. ¿Tienes alguna prueba de que fui yo quien ordenó que te tomaran esas fotos?”. Ella continuó tras una breve pausa: “Esas fotografías me fueron enviadas de forma anónima. De lo contrario, no habría sabido que llevas una vida privada tan vergonzosa”.
“¿Significa eso que no estás dispuesta a admitir lo que has hecho?”, preguntó Sharon mientras la miraba de manera burlona.
“Si quieres acusarme de hacer cosas, debes tener pruebas. ¿Lo entiendes?”, preguntó Penelope. Ella estaba furiosa porque había perdido el juicio y no había conseguido tener los derechos de c