Los delgados labios de Simon estaban apretados con fuerza, y no emitió sonido alguno durante un tiempo. El silencio fue espantoso.
Sus grandes palmas, que colgaban a sus costados, se apretaron con fuerza en un instante, y las venas estallaron en sus puños. ¡Tenía sed de sangre!
Esos secuestradores iban a morir.
"¿Acaso no son médicos? ¿No pueden identificar el veneno?", preguntó Eugene.
El doctor negó con la cabeza. "Este veneno fue hecho exclusivamente para ella. Debido a las propiedades del veneno, parece haber sido elaborado por un profesional con un conocimiento íntimo de las toxinas. Quizás podríamos conseguir un médico que estudie venenos para que venga a echar un vistazo".
"¡Traelos, traelos ahora!". Eugene comenzó a hacer llamadas de inmediato, buscando gente desesperadamente.
Simon también le informó a Franky que buscara un médico profesional.
Consiguieron a todos los médicos con autoridad en este campo. Luego comenzaron a realizar las pruebas.
Era casi mediodía cuando