Eugene pensó que lo que había dicho el Viejo Amo era gracioso. “Abuelo, ¿qué quieres decir con que estoy bajo el control de ellas?”.
El Viejo Amo resopló con frialdad y dijo: “Te pedí que mantuvieras las distancias con esa mujer, pero te negaste a escucharme e incluso pasaste la noche en su casa. ¿Lo estás haciendo a propósito para molestarme o has olvidado que eres un hombre casado?”.
Eugene entrecerró los ojos y preguntó: “¿Cómo sabes dónde pasé la noche? ¿Has contratado a gente para que me espíe?”.
Una expresión de molestia apareció en el rostro del Viejo Amo mientras este golpeaba con la mano la mesa y gritaba: “¡Eso es ridículo! ¿Aún necesito hacer algo así a una edad tan avanzada? Puede que yo no sepa tu paradero, pero la persona que duerme a tu lado todos los días debería saberlo, ¿no?”.
¿La persona que duerme a su lado todos los días?
Eugene frunció el ceño y pensó en ello antes de preguntar con frialdad: “¿Te estás refiriendo a Sydney?”.
El Viejo Amo aún tení