*CANDICE*
A medida que me acercaba a la sala del tribunal, podía sentir la tensión en el aire.
Los murmullos de la gente se mezclaban con el sonido de los pasos apresurados de los abogados y funcionarios judiciales. Traté de bloquear todo ese ruido y centrarme en mi tarea.
Una vez dentro de la sala, tomé asiento en la fila de testigos y esperé mi turno. Marcus tomó asiento a mi lado y me tranquilizó ver que no había muchos asistentes a la audiencia.
—Me sorprende que no haya reporteros en la sala —comentó Marcus con asombro en su voz—. Llegué hace una hora, cuando Antonella y sus padres arribaron y todo era un caos.
—Uno de los miembros del equipo de defensa de Antonella pidió que el juicio no se tornara un circo mediático —añadí—. El señor Romano quiere alejar a su hija del esc&aacut