17. Sorpresa, sorpresa.
Adamo
Hoy era el día, retaría a padre y finalmente me haría cargo de la manada. Mario y Demetrio estaban listos y avisados, al igual que los guerreros leales a mí. Entre a mi oficina, para terminar con algunos detalles, sin mirar que ya estaba ocupada. Cuando escuche un carraspeo y levanto mi cabeza veo a padre, sentado en mi silla mirándome feliz.
-Adamo, mi heredero, ¿como has estado hijo?-pregunto padre.
-¿qué haces aquí?-pregunte sin rodeos.
-bueno, creo que tenemos que aclarar algunas cosas hijo. Veras me llego un rumor de que deseas derrocarme y liderar esta manada. Lo cual harás, pero no aún-decía padre sonriendo, algo me estaba molestando y no era el hecho de que padre supiera algo que no debía, había algo más-ahora que tengo tu atención te diré lo que pasará.
-padre-trate de decir, pero me interrumpió.
-AHORA ESCUCHARAS-gruño padre-tengo a tu madre, no está en esta casa y si no me obedeces no la volverás a ver, pero te aseguro que ella sufrirá cada día de lo que le reste de v