Ravena

Estaba débil, no entiendo en que parte mi plan se torció. Quizás no tome las medidas necesarias con Mario, sabía que era especial, pero lo descubrí demasiado tarde y todo por culpa de Eva, esa maldita bruja, amparada por la protección de su lobo el rey.

-¿y ahora qué debo hacer?-preguntaba el alfa ambicioso.

-el regalo va en camino-respondí-solo aférrate al plan y saldrás airoso de todo, pero no te apresures o sabrán que eres quien los traiciono.

-te vez mal, esa herida aun no sana ¿quién fue?-pregunto el alfa-creía que nada te podría lastimar, que eras invencible.

-no te confundas, esto es solo un rasguño-dije y me aleje del estúpido alfa. Pero a pesar de mis mejores esfuerzos él tenía razón, estaba herida y no podía sanar. Ese maldito Alexei, hijo de la loba blanca tenía una mordida poderosa y no estaba sanando, algo que tampoco esperaba.

Camine por el sendero recordando cada paso que había dado ¿en qué me había equivocado?, entonces lo recordé, la mirada de Mario al ver a la