—Chicas, hay algo que debo decirles. —Claudia las miró nerviosa. Estaban en un café de un centro comercial; era sábado y Pablo se llevó a Adrián a casa de sus padres, dejándole el día libre a Jimena.
—Habla, ya, Clau. Me tienes nerviosa. —Cecilia se quejó impaciente.
—Chicas, tengo novio —tiró emocionada y con un brillo especial en los ojos. Cecilia y Jimena se miraron preocupadas.
—¿Un novio? —Jimena preguntó incrédula.
—Sí... —Claudia las miró apenada.
—Pero... —Cecilia no sabía cómo indagar sin ofender a su hermana—. ¿Es un novio de verdad? Lo que quiero decir es... cómo decirlo... ¿Él te corresponde?
Claudia sonrió y luego estalló de la risa. Jimena y Cecilia la observaron m