Había dormido de maravilla, ni siquiera me importaba ya Pablo y Camila, me daba exactamente igual lo que hiciese con su vida, en aquel momento estaba más ilusionada con otra cosa, y fue entonces cuando me di cuenta de algo: me gustaba Joel.
Mi teléfono móvil sonó cuando estaba en la cocina, preparándome el desayuno mientras cantaba una de las canciones de mi disco.