Ágatha se veía nerviosa, como si no supiera dónde esconderse, porque a pesar de que estaba obedeciendo órdenes de Kainn, también sentía mucho aprecio por Elisa y no le gustaba ser atrapada en una mentira.
—Dime por qué Kainn está en la casa, Ágatha —insistió ella—. Me dijo que no fuera al ala oeste