Elisa miró al escorpión. Habría temblado si su brazo no hubiera estado apoyado en el de Kainn.
—¿Cómo me haces esto? ¡Te voy a matar! —susurró ella entre dientes.
—No va a pasarte nada, no mientras yo esté aquí —respondió él—. Pero si Ginger es el primero de tus enemigos, hay dos cosas que puedes