Kainn respiró profundo antes de tomar una manta y cubrirla con ella. Pasó los brazos debajo de su cuerpo y no pudo evitar que toda su piel se erizara al contacto con su calor.
"¿No se supone que las inglesas son témpanos de hielo?", pensó con una sonrisa sarcástica.
Pero Elisa había demostrado de