Felipe se irguió en la silla alarmado, sabía lo que se avecinaba, pero no quería desatar el caos delante de sus pequeños le urgía sacarlos de allí.
Alondra atenta a cualquier maniobra de su amado, lo miraba a la cara interrogante; Nervioso le indica—Mi amor, levántate, toma a los niños y sigue a Carlo, por la vía de escape planificada—Antes de que terminara de tomarlos Felipe los besó y abrazó—No olvid