JULIETTE MONTGOMERY
Brad me besó y sentí esa electricidad que solo el me provoca sin esfuerzo. No sé cómo olvidarlo y me siento tan frustrada al sentir que debo mantenerlo alejado, pero que es difícil si él aniquila todas mis defensas y destruye los muros que construí entre nosotros al alejarme.
La cena, junto a mi apetito, terminó cuando él me ofreció dármelo todo si acepto volver a su lado. El demonio, el tirano, la persona que no se enamoraría y que quería permanecer solo por la eternidad estaba proponiéndome ser su mujer y mantenerlo controlado veinticuatro horas al día, los siete días de la semana.
Fui al baño, abrumada, ¿Cómo podría evitar sentirme así con todas sus propuestas que me cayeron como un balde de agua helada? Fue todo tan repentino que no pude ni prepararme adecuadamente para recibir el impacto y allí me derrumbé.
Minutos más tarde está junto a mi diciéndome que me quiere y que no respetará que vuelva a alejarme. No sé que hacer. Él me ofrece cumplir mis