El chofer de Sam abrió la puerta de la limosina y ambos entramos, Sam y yo conversábamos de cosas triviales, pero no lograba concentrarme en la conversación; mis pensamientos estaban en Aspen. Cuando llegamos al restaurante me quede impactada; el restaurante estaba decorado de manera muy elegante y los únicos en el éramos nosotros; los meseros nos llevaron hacia nuestra mesa que estaba en el balcón y estaba rodeada de bonitas flores